Fecha Publicación: 10-06-2024
El mundo vive momentos de altísima incertidumbre. Llama la atención que, ante este panorama, se efectúan proyecciones sin considerar factores que hoy mismo presentan variaciones incluso por minuto, y que dependen de decisiones que en este instante ni siquiera han sido tomadas. Solo considere el tema de Medio Oriente e intentemos responder: ¿hay alguna certeza de que se implementará un plan de cese al fuego temporal en Gaza? Si eso se logra, ¿durará? ¿Cuánto tiempo? ¿Hay certezas de que la escalada entre Israel y Hezbollah no crecerá? ¿Y hay certezas de que ello no arrastraría a Irán al conflicto? ¿Qué sucedería, por ejemplo, con las variables financieras que estamos proyectando para el tercer y cuarto trimestre si ello ocurre? O bien, ¿cómo impactará el uso de armas estadounidenses por parte de Ucrania para atacar territorio ruso? ¿Qué tipo de escaladas se proyectan? Y una más, ¿cómo impactaría todo ello en este año electoral en EU? Esto, sin mencionar la infinidad de variables internas que operan en ese país. Por ejemplo: tres estados que han sido cruciales en las dos elecciones previas, Michigan, Pensilvania y Wisconsin, podrían definir la nueva elección en noviembre. Por tanto: ¿cómo están jugando esas variables internacionales en esos estados (considerando el voto de protesta en las primarias contra Biden por su política en Medio Oriente)? ¿Cómo jugará el veredicto contra Trump, también en esos u otros estados clave? La verdad es que no son preguntas simples de responder. Por eso, el nuevo gobierno en México necesitaría trabajar con escenarios, asignar probabilidades y prepararse para todos y cada uno de ellos. De eso hablamos hoy.
Sigue leyendo aquí