Publication Date: 03-06-2024
Los fraudes electorales culminan en las urnas, pero inician mucho tiempo atrás, cuando no se respetan las reglas del juego, cuando hay abuso de poder y se persigue y descalifica a los adversarios, cuando se colonizan o se someten a las instituciones garantes de la legitimidad política, cuando se trata de romper los mecanismos de contrapeso de la división de poder, cuando hay impunidad ante la violencia política; cuando hay demagogia y se utiliza el erario público para hacerse de la voluntad de quienes padecen pobreza económica, y cuando se cooptan a los líderes de opinión, ya sean encuestadores, periodistas, intelectuales o políticos de la oposición.
Todos estos factores han jugado en el actual proceso electoral que culminará mañana 2 de junio. La elección más grande de la historia política de los mexicanos, porque se eligen más de 20 mil cargos, pero también, la más larga, porque ilegalmente el partido oficialista inició el proceso antes de los tiempos establecidos en el calendario electoral, bajo la coordinación directa del propio Presidente de la República, quien, de forma ventajosa y abusando del poder que le fue conferido en 2018, utilizó sus conferencias matutinas para hacer campaña a favor de su candidata y su partido, para polarizar el ambiente político con la perversa descalificación y persecución contra quienes considera que son sus enemigos, ya sean adversarios políticos, periodistas, intelectuales, sacerdotes o empresarios y, para tratar de someter a las instituciones electorales, ya sea por medio de reformas legales o con el nombramiento de personas a modo de sus intereses.
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