Publication Date: 02-05-2024
Seguramente le ha pasado, como a mí, encontrarse con algún familiar, amigo o conocido que tiene ideas muy arraigadas sobre cierto tema. En ocasiones podremos estar de acuerdo, o no, según nuestra ideología, experiencia o formación. Esto es lo más natural y quizás el ejercicio cotidiano más elemental en sociedad.
Sin embargo, algo preocupante surge cuando estas ideas arraigadas no provienen exclusivamente de convicciones personales, sino de un espiral de consumo de contenidos basados en algoritmos de computadora. Tome el tema que guste: que si la tierra es plana, que si Rusia en realidad es buena onda, que si George Soros mueve los hilos del mundo, o que si estamos a punto de ser Venezuela.
Información a medias, teorías de la conspiración y demás contenidos que jalen usuarios en YouTube, X, Facebook, o TikTok se valen con tal de que unos moneticen contenidos y otros paguen sus estrategias de propaganda.
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