Publication Date: 29-04-2024
“Si uno de los lados puede disparar y el otro lado no puede disparar de regreso, el lado que no puede disparar de regreso pierde”. Así de simple lo puso el General Cavoli, el comandante del Ejército de los Estados Unidos en Europa y África. Su planteamiento resume lo que para Ucrania han representado estos últimos meses. Tras el fracaso de su contraofensiva del 2023, el momento actual para Kiev está marcado por resistir, por mantener las líneas del frente, por conservar la moral, por defender su narrativa de eventual victoria frente a la dominante narrativa que habla de su inevitable fracaso e incidir con ello en la toma de decisiones de sus aliados, cada vez más afectadas por ésta última. Tres temas materiales y un tema político exhiben su situación actual: materialmente, su disparidad ante Rusia en cuanto a municiones de artillería, su urgente necesidad de soldados en el frente, y la falta de defensas antiaéreas. Políticamente, su dificultad para mantenerse relevante (con todo lo demás que está pasando en el mundo, por ejemplo, en Medio Oriente) y sobreponerse a la fatiga que el tema ucraniano ha producido. Del lado ruso, en cambio, lo que hay es el aprovechamiento de todas esas circunstancias para comunicar que el tiempo opera a su favor, que mientras más meses transcurran, peor para Ucrania y sus socios, y que, por tanto, vale más la pena ya sentarse negociar con Putin con seriedad.
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