Publication Date: 22-04-2024
Tomé prestado el título de este artículo, Los Condenados de la Tierra, de Frantz Fannon, quien a principios de los años sesenta del siglo pasado escribió sobre la descolonización en Argelia. Pero estoy pensando en los palestinos, y la miseria que azota a este sufrido pueblo.
Durante milenios, muchas naciones se han disputado el control de la franja de tierra entre el río Jordán y el mar Mediterráneo, el Líbano y la península del Sinaí. La zona no contiene grandes riquezas naturales, ni es pródiga en la producción de alimentos, pero las tres grandes religiones monoteístas -judaísmo, cristianismo e islamismo- la consideran sagrada, particularmente a la ciudad de Jerusalén.
La Biblia narra cómo el pueblo judío, después de su liberación de Egipto, conquistó a sangre y fuego la tierra que entonces ocupaban los canaanitas. Al menos en dos ocasiones, la primera durante la conquista del rey babilonio Nabucodonosor en el año 570 ac, y la segunda con el emperador romano Adriano, en el año 125 dc, el pueblo judío fue masacrado y obligado a abandonar la tierra que, según sus creencias, Dios les había prometido desde tiempos de Abraham.
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