Fecha Publicación: 08-04-2024
Fue una tontería bajo cualquier forma de medir. Una situación en la que no hay ganadores y los únicos perdedores son la diplomacia y el Derecho Internacional.
La violenta entrada de policías ecuatorianos a la Embajada de México en Quito, con maltrato físico incluido al encargado de negocios mexicano, para detener al exvicepresidente Jorge Glas, fue una barbaridad contraria al derecho y usos internacionales desde la época en que el conquistador mongol Gengis Kan destruía literalmente a imperios o gobiernos que se atrevieran a lastimar a sus enviados diplomáticos.
Y de entrada, puso a los ecuatorianos contra la pared: violaron un precepto que ni los nazis se atrevieron a romper y la inmensa mayoría de las revoluciones han respetado.
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