Fecha Publicación: 08-04-2024
Supongo que lo más sensato sería pedirle a Ramírez de la O que permaneciera en el cargo para que la transición no genere una tensión inmanejable. Con un déficit de 6% del PIB, no hay muchas opciones ni para Claudia ni Xóchitl. El escenario perfilado en los precriterios tiene una amable sugerencia: un recorte al gasto entre los 500 y los 800 mil millones de pesos para disminuir el déficit. Si no se quiere recortar, la alternativa es ampliar los ingresos tributarios y tratar de regresar al equilibrio fiscal que este gobierno, con el voto de la mayoría de los legisladores (que, por cierto, irán a la reelección), decidió alterar en 2024.
Han decidido echar los gatos a retozar en año electoral y además las promesas son inagotables. A su vez México, más que un país de ingenieros e innovadores, es un país de becados y pensionados, es decir, un país de damnificados sociales que requiere para su sustento de una transferencia gubernamental. Es una realidad que no podemos dejar de lado: se vive a salto de mata. De los 61 millones que integramos la PEA, los desempleados son el 2.5% (¿habrá algún día seguro de desempleo?). Cerca de 24 millones ganan hasta un salario mínimo. 19 millones ganan hasta 2 SM, con lo cual a 43 de 61 millones, aunque trabajan y cobran, les viene bien la transferencia, pues hace una diferencia en su vida. Ese es el México potencialmente clientelar.
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