Fecha Publicación: 08-04-2024
Lo que comenzó como un sainete entre los gobiernos de México y Ecuador, a raíz de unas declaraciones poco afortunadas del presidente López Obrador y de una reacción exagerada del gobierno del presidente ecuatoriano Noboa, ha derivado en una de las mayores crisis diplomáticas que haya enfrentado México en tiempos recientes.
Esto apuntaba para a ser uno más de los desencuentros retóricos tan de moda en Latinoamérica: escaló rápidamente:ante la expulsión de nuestra embajadora en Ecuador, el gobierno mexicano anunció su decisión de otorgar asilo político al ex vicepresidente Jorge Glas, refugiado desde diciembre en la embajada.
Y ahí las cosas se salieron de toda proporción, por el asalto a la sede diplomática mexicana por las fuerzas de seguridad ecuatorianas, en franca violación de las Convenciones de Viena y de Caracas, que dictan -la primera- la inviolabilidad de los recintos diplomáticos y -la segunda- las reglas para determinar el asilo político.
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