Publication Date: 01-04-2024
La campaña de la Dra. Sheinbaum y Palacio Nacional han insistido que el resultado electoral ya se conoce, que es imposible que Xóchitl Gálvez remonte la brecha de no pocas encuestas y que “este arroz ya se coció”. Esta estrategia es congruente con un triunfo cuyo margen depende de que la participación ciudadana en la jornada electoral sea baja. Si tiene éxito y sufraga sólo un 58% de los ciudadanos, se puede vislumbrar un triunfo de Morena y sus aliados que incluya la presidencia, el gobierno de la ciudad de México y mayoría en la Cámara de diputados y Senado, incluso posiblemente calificada. Pero también refleja un cierto temor de que la brecha se pueda cerrar poniendo en riesgo las mayorías en el Congreso, los gobiernos de varios estados y, por qué no, aún Palacio Nacional.
Las encuestas no son predictores precisos de una elección competida, como se ha visto en muchas ocasiones en México y el extranjero. No son inusuales votaciones que divergen de las encuestas en 15 puntos porcentuales o más. En la más reciente en el estado de México, las encuestas predecían una brecha de 15 puntos porcentuales, pero terminó con un margen de 8.3 puntos y una baja tasa de participación de 49%.
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