Fecha Publicación: 12-03-2024
De aquí a la elección del 2 de junio ya nos están atiborrando todos los días con encuestas. Las candidatas vociferan constantemente de llevar “decenas de puntos de ventaja”, o bien “se está acortando la diferencia”. Hay encuestas de todo tipo, desde las pagadas por candidatos y partidos políticos, y por ende sesgadas, pasando por unas hechas al vapor sin rigor metodológico (las llaman “patito”), hasta unas pocas que son serias y objetivas. Sin embargo, no debe olvidarse que una encuesta sólo muestra la preferencia electoral del momento, ya que parte de la pregunta “si hoy fuese la elección, cómo votaría”. Sólo son una fotografía de hoy y, por lo tanto, son poco útiles para predecir el resultado de una elección. Claro que a mayor cercanía con la fecha de la elección, mayor coincidencia de la encuesta con el resultado. Pero una encuesta no es un pronóstico del resultado de una elección.
A pesar de ello, las casas encuestadoras en el mundo son criticadas por su pronóstico inexacto. Cabe entonces la pregunta: ¿por qué las encuestas electorales son un mal predictor de las elecciones? Además de lo que ya se mencionó, hay varios factores:
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