Publication Date: 08-03-2024
El mapa electoral de la Ciudad de México, lo dice todo. La ciudad está dividida en dos partes, casi equivalentes. Poniente y oriente separados por una línea divisoria marcada por preferencias electorales distintas. Atrás de esto hay mucha historia.
El país todo está partido en dos: la mitad formal, otra informal; una legal, otra ilegal. Dividido entre quienes los que tienen acceso a un esquema de bienestar y los excluidos que cuentan con algunos servicios y bienes públicos por una ruta distinta a los “asegurados”. Me parece natural que esto tenga una expresión política. Por eso pienso que López Obrador no nos llegó a dividir, ya lo estábamos. Lo que hizo fue construir un discurso y un proyecto político que saca raja de esta realidad. No busca cambiar el estado de las cosas. Su proyecto de transformación tiene componentes de continuidad insólitos, porque sostener el status quo le conviene.
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