Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales

Última actualización:
2024-04-26 10:46

ALLANAR LA VÍA A UN ESTADO PALESTINO ES LA PAZ

Fecha Publicación: 26-01-2024

Han pasado cuatro meses de los ataques terroristas de Hamas a Israel y la captura de cientos de rehenes. 15 semanas del inicio de los bombardeos aéreos ininterrumpidos e indiscriminados y más de 100 días de la cruenta ofensiva terrestre del ejército israelí en la franja de Gaza. Han muerto más de mil 200 israelíes y 25 mil palestinos, dos tercios mujeres y niños, 60 mil heridos, una destrucción masiva y extensos daños civiles. Cientos de trabajadores humanitarios han muerto, miles de casas, edificios, hospitales, escuelas, mezquitas e iglesias destruidas. La prolongada guerra no se limitó desde un principio al enclave, se extendió a la región, con graves impactos locales y globales.

Las secuelas políticas y humanitarias, las repercusiones geopolíticas y económicas continúan profundizándose y ampliándose rápidamente. El conflicto, en varios frentes, involucra a Egipto, Jordania, Líbano y Siria, los países vecinos. Las potencias regionales Arabia Saudita, Qatar y Turquía están igualmente implicadas. La guerra en Cisjordania y Jerusalén Oriental, los otros territorios palestinos ocupados por Israel, mantiene funestas consecuencias.

Desde un inicio se produjeron intercambios de artillería entre Israel y Hezbolá, ataques con drones y cohetes, incursiones y escaramuzas, evacuaciones de poblaciones civiles al norte de Israel y sur del Líbano, en medio de tensiones y confrontaciones incesantes. Ha habido bombardeos israelíes y ataques con aviones y drones desde y contra campamentos, bases y embarcaciones estadounidenses para eliminar dirigentes, vulnerar instalaciones militares, inutilizar aeropuertos y destruir edificios civiles en Beirut y Damasco y otras ciudades, en regiones fuera del control gubernamental, al igual que en Iraq, en represalia por actos considerados hostiles, ataques con drones y cohetes perpetrados por milicias o grupos armados proiranís. Las hostilidades desde Yemen, respaldando la resistencia palestina han escalado, alcanzado rutas de navegación estratégicas, secuestrando buques mercantes y golpeando barcos de guerra en el mar Rojo, desencadenando contrataques occidentales y desvíos para evitar el canal de Suez, poniendo en riesgo las cadenas globales de suministro de energéticos y cereales, incrementando sus costos.

En este conflicto no participan sólo los beligerantes Israel y Hamás, sino también sus respectivos aliados y proveedores de armas, Estados Unidos y el Reino Unido, y por supuesto Irán, al igual que los grupos, milicias y movimientos de resistencia islámica afines. Las tensiones acaban de escalar de nuevo, extendiéndose a otros actores estatales y no estatales en Asia central, luego de los ataques también calculados entre Irán y Pakistán, que bombardearon presuntos bastiones de grupos opositores o milicias separatistas. Los protagonistas siguen haciendo demostraciones de fuerza, procurando conducirse en tal forma que el conflicto se contenga, evitando que la confrontación desemboque en una guerra abierta.

La demanda de Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia en contra de Israel, basada en las presuntas violaciones graves a la Convención para Prevenir y Sancionar el Delito de Genocidio, busca conseguir, entre otras medidas provisionales, la suspensión inmediata de las operaciones militares israelíes en Gaza, haciéndolo responsable para que desista de cometer acciones orientadas a asesinar, matar, dañar y herir, e infligir e imponer deliberadamente condiciones de vida tendientes a destruir total o parcialmente a la población civil palestina. México y Chile remitieron al fiscal de la Corte Penal Internacional la situación del Estado de Palestina -de la que es parte- solicitando investigue la probable comisión de crímenes de guerra y contra la humanidad por parte individuos, tanto israelíes como palestinos, a fin de abrir espacios para acordar un cese al fuego inmediato, avanzar la solución pacífica de controversias y allanar el camino para conseguir una paz duradera en la región, sobre la base de dos Estados dentro de fronteras seguras e internacionalmente reconocidas.

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