Fecha Publicación: 07-08-2023
Nada dibuja mejor la realidad nacional que el debate sobre los libros de texto. Un ánimo oscurantista de un gobierno que considera que la política educativa es patrimonio de su partido y que, por tanto, puede hacer y deshacer los contenidos educativos como si fuesen parte del barril del puerco. Una cargada de gobernadores con un apoyo acrítico al gobierno (como si se tratara de una invasión externa) y un victimismo esperpéntico de quien pretende jugar un papel de guerrillero arrinconado desde un despacho gubernamental. Nada tiene de heroico usar el poder burocrático para imponer una visión torpe y mal implementada. Puestos a buscar parecidos, Marx Arriaga se parece más a la burocracia priísta del “ordeno y mando” que a la lucha de los líderes guerrilleros. Lo que hay que ver.
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