Fecha Publicación: 18-07-2023

Wendy Guevara se ha ganado el corazón de la gente. Es impresionante ver las conversaciones que esta mujer transgénero genera en las redes y el cariño que le tienen. Es todo un verdadero fenómeno mediático. Son los tiempos en los que impera el ansia de desconectar, de no pensar en los problemas propios. Wendy ha tenido una carrera veloz. Un video de 2017 se hizo viral y ahí empezó su fama. A partir de ahí, ella habla en primera persona, de su vida, de la violencia que enfrentó, del trabajo sexual, de la orientación sexual y de la identidad de género, se ríe de sus pesares. El odio con el que creció lo transformó en resiliencia. Hoy Wendy es la indudable estrella de “La casa de los famosos”, el reality show en el que pone su marginalidad en el centro, como diría Salvador Novo.

Ulises Nava era un activista y académico LGBT de Guerrero. Él abrió brecha en la Universidad Autónoma de su Estado con los temas que le apasionaban. El fin de semana viajó a Aguascalientes para participar en un congreso sobre litigio estratégico para avanzar la representatividad de personas LGBT en política. Al salir del museo donde se realizaba este congreso fue acribillado por un motociclista. Ulises se convirtió en una víctima más de la violencia sin freno que vive México y ninguna hipótesis puede descartarse. A Ulises lo recuerdan como solidario, comprometido y muy trabajador. Su familia y amigos exigen justicia. Wendy y Ulises eran de la misma generación, ambos menores de 30 años. Una generación que creció en un México en el que ya están reconocidos la mayoría de los derechos para las personas LGBT, desde el matrimonio igualitario, la identidad de género, la no discriminación, el acceso a medicamentos antirretrovirales y el avance de la prohibición de las terapias de conversión. Cuando Wendy tenía 15 años se estaba aprobando la ley Razú para el matrimonio igualitario y cuando Ulises abrió la división de diversidad sexual en su universidad, ya había divisiones así en universidades de las ciudades más grandes del País. Sin embargo, Wendy vive en sus redes sociales y en su vida diaria ataques de odio y Ulises fue asesinado en uno de los países donde matan a más personas simplemente por su orientación sexual. En otras palabras, el que México esté a la vanguardia en reconocimiento de derechos para poblaciones LGBT no es suficiente y no garantiza una vida libre de violencia. Tampoco el hecho de que haya más representatividad que nunca, con legisladoras y legisladores gays, lesbianas, bi y trans a nivel federal y local, o con presidentes municipales abiertamente gays o magistrades no binaries.

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