Fecha Publicación: 10-07-2023

En los tiempos añejos del dedazo priísta se popularizó una frase que era utilizada para aplacar las ansias de los grupos de presión sobre el destape. Para simular que era el Partido el que tomaría la decisión, se solía decir: “Primero el programa, luego el candidato”. La verdad es que esto continuó siendo una simulación, pues lo que sucedió prácticamente siempre en esas épocas era “primero el dedo luego el plan para gobernar”.

Ahora Morena, emulando al viejo PRI, hace algo similar pero hay una diferencia: el Presidente tiene un enorme poder y con habilidad, está asegurando la continuidad de su proyecto con cualquiera de las corcholatas que profundizarán su transformación. Para ello, ordenó crear un grupo con colaboradores cercanos para formular un programa de acción que todos los pre candidatos se han comprometido a seguir en caso de salir electos. Si lo logra y todos se disciplinan, evitaría alguna fractura y aseguraría que lo que prevalecerá sería su visión e ideas.

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