Publication Date: 25-05-2023
Hasta el 9 de septiembre de 2014, cuando la Presidencia de la República publicó una foto del presidente Enrique Peña Nieto con el multimillonario Germán Larrea, prácticamente nadie fuera de la élite política, empresarial y su familia, conocía su apariencia. Sin embargo, este empresario misterioso, que por lustros mantuvo un muy bajo perfil, tenía una fama pública terrible, heredada en parte –su padre comenzó el imperio económico durante el gobierno de Miguel Alemán hace siete décadas–, y ganada a base de una mano de hierro, inflexible en las negociaciones y en la gestión de sus compañías, a veces llegando a niveles que entraba en la caracterización de depredador.
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