Publication Date: 23-03-2023
La comparación es inevitable. Las dos grandes concentraciones del 2023, la rosa del 26 de febrero y la guinda del 18 de marzo, van más allá del contraste simple entre fotografías de asistentes o los textos de los oradores.
Como avecindado del centro de la Ciudad de México, estuve presente en ambas. Desde sus preparativos, hasta su desarrollo y conclusión, cada una retrató sus particularidades, entreviendo que la disputa por el país es, a la vez, el conflicto por la interpretación de la historia que cada bando asume tener de su lado.
La ola rosa se enmarcó como una manifestación eminentemente urbana de clases medias y altas. No llegaron en camiones que asaltaran en masa las calles aledañas del primer cuadro de la ciudad, ni hubo pases de lista o lonches para matar el hambre. Eso sí, se percibía la emoción del descontento colectivo que percibe a un país que no va bien.
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