Fecha Publicación: 28-02-2023
A nadie debe sorprender los insultos y mentiras del presidente Andrés Manuel López Obrador contra algunas de las figuras más visibles que participaron en la concentración que desbordó este domingo la Plaza de la Constitución. A nadie debe extrañarle que ese tipo de desafío lo desestabiliza, porque no es novedad su inestable madurez emocional. Lo que es diferente es que hoy es el jefe del Ejecutivo, y que con sus enojos incontenibles estimula la violencia retórica, se lastima a sí mismo, a la investidura presidencial, y alimenta la percepción de que es narcisista y autócrata.
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