Fecha Publicación: 04-01-2023
2022 trajo diversos retos para el avance de la agendad de sostenibilidad global. El conflicto de Rusia-Ucrania provocó un incremento en el pecio de los energéticos y alimentos que se tradujeron en inflación y siguen amenazando con provocar una recesión en 2023. La atención de los lideres se desvió de objetivos a largo plazo relacionados con cambio climático y competitividad hacia acciones inmediatas para garantizar acceso a energía y alimentos a sus poblaciones deprimidas.
No obstante que 196 países se comprometieron a reforzar sus metas de reducción de emisiones de CO2 en la Cubre de Glasgow, en 2022 sólo 5 países, incluyendo a México, lo hicieron. El objetivo fijado en el Acuerdo de París es estabilizar el incremento de temperatura en 1.5°C al final del siglo. Hoy, la suma de los compromisos de reducción de emisiones de los países que lo firmaron proyecta un incremento de 2.5°C que tendría consecuencias catastróficas.
Para vislumbrar los impactos potenciales de un mundo con incrementos de temperatura superiores a 2°C, basta echar un vistazo a los impactos que hoy enfrentamos con el incremento de sólo 1.1°C como la devastación de 1/3 del territorio de Paquistán por inundaciones, las olas de calor que cobraron miles de vidas en Europa y dejaron sin agua a Monterrey, o las tormentas de nieve que en estos días dejaron sin electricidad a cientos de miles de personas en Estados Unidos.
Pero el cambio climático no es el único reto para la sostenibilidad. En los últimos 50 años hemos perdido 69% de las especies silvestres como resultado de la afectación de 2/3 de los ecosistemas. El diagnóstico es preocupante en virtud de que más del 50% del PIB global depende de los bienes y servicios provistos por la naturaleza y las tendencias de deterioro proyectan una afectación de 90% de los ecosistemas al 2050.
No obstante los retos, 2022 también trajo señales positivas. En marzo, 160 países acordaron negociar un acuerdo para detener la contaminación de plástico que ya afecta a 90% de las especies marinas. En julio, la Asamblea General de la ONU declaró el “Acceso a un Medio Ambiente Limpio y Saludable” un derecho para todos los habitantes del planeta. En noviembre, la COP 27 aprobó en Egipto la creación de un fondo internacional para “Pérdidas y Daños” del cambio climático en los países más vulnerables y, en diciembre, 196 países suscribieron el "Marco Global Kunming-Montreal” con 23 metas para detener la pérdida de biodiversidad. El impacto que ha tenido el conflicto Rusia-Ucrania en la transición energética es ambiguo. Los países europeos han reabierto sus plantas de carbón para enfrentar la escasez y altos precios del gas natural. Pero otros países han acelerado la adopción de energía limpia. Destaca Estados Unidos con la “Ley para Reducir la Inflación”, considerada la iniciativa de fomento a energías limpias más ambiciosa en la historia con cerca de $400 mil millones de dólares en subsidios y apoyos fiscales. Con iniciativas similares en China, India y Japón, la IEA estima que las emisiones globales de CO2 finalmente llegarán a su pico en 2025 para comenzar a disminuir. Por su parte, la Unión Europea aprobó una ley para aplicar aranceles a las importaciones de productos que provocan deforestación.
En 2023 continuará la incertidumbre y turbulencia económica y geopolítica. La atención de los lideres seguirá en resolver problemas económicos y sociales inmediatos y sentar las bases de la recuperación. Para asegurar que la recuperación sea sostenible es fundamental continuar invirtiendo en transición energética y capital natural. En esta coyuntura, México tiene una enorme oportunidad para consolidar un desarrollo justo, incluyente y sostenible.
*Enrique Lendo es ex negociador del gobierno de México en foros internacionales y experto en temas económicos y de desarrollo sustentable. @EnriqueLendo
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