Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales

Última actualización:
2024-04-26 10:46

TIEMPO DE DEFINICIONES

Fecha Publicación: 08-11-2022

Este año se cumplen 3 décadas de intentos fallidos para detener el calentamiento del planeta. En 1992, se aprobó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático en Brasil. Treinta años después, el retorno de un mandatario brasileño mejora las expectativas en la batalla que parece perdida, o al menos socavada. Tras su triunfo, Lula prometió detener la deforestación del Amazonas y recuperar el liderazgo en cambio climático.

Adoptada por 197 países, la Convención tiene como objetivo “estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera para prevenir interferencias peligrosas de la actividad humana en el sistema climático.” La Conferencia de las Partes o COP, como se conoce comúnmente, fue designada para implementar el objetivo de la Convención. No ha sido fácil porque su redacción es ambigua, quizás por falta de conocimiento o tal vez por conveniencia.

¿Qué se necesita para prevenir interferencias peligrosas con el clima? Tuvieron que pasar 21 COPs para aclararlo. En 2015, el Acuerdo de París resolvió que, para prevenir interferencias peligrosas, el incremento de temperatura deberá estabilizarse por debajo 2°C y preferentemente en 1.5°C al final del siglo.

Estabilizar la temperatura en 1.5°C implica reducir las emisiones de CO2 50 % al 2030 y neutralizarlas en 2050. La realidad es que las emisiones han seguido aumentando a pesar del Acuerdo de París. Los países anuncian metas, pero no reducen emisiones con la celeridad requerida. Según cálculos de la ONU, las metas presentadas a la fecha ponen al mundo en una trayectoria de incremento de temperatura de 2.5°C. Algunos expertos incluso consideran que, por pragmatismo económico, la meta de 1.5° ya no será factible y en adelante tendremos que adaptarnos a un mundo de impactos devastadores.

Tan sólo 2°C de incremento significa 420 millones más personas expuestas a calor extremo y 50 millones de desplazados por inundaciones. Pero ni siquiera tenemos que imaginar escenarios futuros. Con 1.2°C de amento de temperatura, este año, las inundaciones en Paquistán cobraron 1200 vidas humanas y 1 millón de viviendas devastadas. Cuba se quedó sin luz y Monterrey sin agua tras huracanes y sequias extremas. En México, los costos de impactos climáticos podrían alcanzar hasta 5 veces el valor del PIB según la UNAM.

La COP 27 arrancó ayer en Egipto en un contexto complejo. Con inflación generalizada y amenaza de recesión, la atención de los líderes está en otro lado. Además, las tensiones entre Estados Unidos y China por Taiwán limitan la posibilidad de un entendimiento entre las potencias que definieron el Acuerdo de París.

Pero incluso en este contexto hay señales positivas. El incrementó en los precios de combustibles fósiles por la guerra en Ucrania está acelerando la transición energética en Europa. Estado Unidos invertirá $369 mil millones de dólares en energía limpia, pero necesitan que las economías emergentes reduzcan más sus emisiones. Por eso tantas visitas de John Kerry México. La victoria de Lula es buena noticia no sólo por las emisiones evitadas en Brasil, sino por su incidencia con China e India que representan 37% de las emisiones globales.

Las expectativas para la COP 27 son inciertas. Los países vulnerables exigirán a los ricos compensación por las “pérdidas y daños” del cambio climático. Algunas economías emergentes presentarán nuevas metas, aunque probablemente sigan siendo insuficientes. Ante escenarios de mayor temperatura e impactos, se tendrá que avanzar en financiamiento y adaptación al cambio climático. México presentará nuevas metas de reducción de emisiones; conviene que sean cuantitativas, ambiciosas, transparentes y, sobre todo, realizables.

 

*Enrique Lendo es ex negociador del gobierno de México en foros internacionales y experto en temas económicos y de desarrollo sustentable. @EnriqueLendo

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