Fecha Publicación: 05-10-2022
Cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador y varios miembros de su gobierno felicitaron al "hermano y compañero Lula", Luiz Inácio Lula da Silva, por su victoria en la primera vuelta de las elecciones brasileñas, hicieron algo más que un gaffe diplomático.
Y no es mala idea cuando se considera que la alternativa es Jair Bolsonaro, el actual presidente de Brasil y representante de una derecha literalmente desaforada.
Sin embargo, la felicitación a Lula es algo más.
Podría ser tal vez el final de la tradicional y formidable competencia entre Brasil y México por el liderazgo regional, una en la que nuestro país obstaculizó por años al proyecto hegemónico brasileño y en la que diplomáticos del primer gobierno de Lula llegaron a describir a México como una nación que "abandonó" a Latinoamérica por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
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