Fecha Publicación: 26-08-2022

En semanas recientes, diversas entidades de la República se vieron afectadas por eventos de alto impacto perpetrados por grupos delictivos. Municipios de Baja California, Chihuahua, Guanajuato, Jalisco y, más recientemente, Michoacán y Colima fueron escenario de expresiones de una violencia criminal propia de películas o series televisivas.

Es frecuente que una serie de eventos como los señalados arriba sirvan para alimentar ideas en torno al crimen organizado en México, sobre todo en un contexto político, como el mexicano, caracterizado por la intensa disputa por el poder. Una de esas ideas –acaso la más desafortunada y defectuosa– es la recurrente “insurgencia criminal”. Para algunos analistas, nacionales y extranjeros, eventos como los de semanas recientes representan hechos incontrovertibles de la fuerza de los grupos delictivos en México, y de su capacidad para poner de rodillas al Estado mexicano. Francamente, y con respeto, esto contiene una buena dosis de análisis militante.

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