Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales

Última actualización:
2024-04-18 16:24

EN EL TECHO DEL MUNDO, ES TIEMPO DE LLORAR

Fecha Publicación: 17-08-2022

Por miles de años, de Alejandro Magno a Marco Polo, la enigmática belleza de las montañas del Pamir ha despertado el hambre de conquista, tanto en exploradores y viajeros como en políticos e ideologías, a sabiendas de que las alturas del techo del mundo son indomables.

“Aquí”, me dice el chófer del colectivo en ruso, la lengua franca en este ombligo de Asia, mientras señala con el índice derecho la puerta de salida del vehículo. Han pasado poco más de 16 horas desde que salimos de Dushanbe, la capital de la exrepública soviética de Tayikistán, la más pobre y aislada del otrora estado comunista. Las altas temperaturas de las tierras bajas con sus campos sembrados de dulces melones y sandías, un par de oscuros túneles con olor a benzina que suman casi 10 kilómetros de largo, la omnipresente imagen del presidente tayiko —Emomali Rahmon— enfundado en padre de la patria, burros cargados de paja y leños, panaderías y camiones de carga provenientes de la vecina China. Todo ello antes de llegar siquiera a Darvaz, el primero de los siete distritos en que se divide políticamente la región autónoma de Gorno-Badakhshan (GBAO, por sus siglas en inglés), la puerta de entrada al Pamir, como la raíz persa de su nombre indica.

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