Fecha Publicación: 02-06-2022
A las una y media de la madrugada del 23 de mayo, una estampida humana se abalanzó desde la puerta de salida del vuelo 729 de Volaris, que iba de Guadalajara a la Ciudad de México, hacia los mostradores de la aerolínea. El servicio, programado para las 10:39 pm, fue cancelado tres horas después por ´cuestiones de mantenimiento´.
Entre la multitud había todo tipo de personas: jóvenes corriendo para ser los primeros en llegar, adultos apretando el paso mientras intentaban no perder de vista a sus hijos, hasta personas de ya entrados en sus setenta años intentaban, a como diera lugar, encontrar a alguien que les diera una solución. El fiasco: no había nadie para atenderlos.
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